Las enseñanzas judeocristianas afirman que estas jerarquías se
organizan en forma circular y concéntrica. A la primera jerarquía
pertenecen los que están más cerca de Dios. Por lo tanto, sólo se podrá
contactar a los ángeles de la tercera jerarquía, porque ellos son los
que están relacionados directamente con la humanidad y tienen la tarea
primordial de proteger a los hombres. Pero contactarlos a veces se
hace difícil porque actúan en diferente vibración a la de los seres
humanos.
Así que, para comunicarnos con ellos, lo único que necesitamos
es coincidir con su mismo ritmo de vibración. Esto significa que, si
deseas contactarlos, deberás aprender a entrar en una vibración similar a
la suya. Para lograrlo deberás cumplir los siguientes pasos:
PRIMER PASO: Prepara un lugar especial
Determina un lugar para el
encuentro, un sitio lo más tranquilo posible. Puede ser tu habitación
-si no la compartes con otra persona- así no corres el riesgo de que
alguien entre de improviso y te interrumpa, ya sea con su presencia o
haciéndote preguntas. Debes limpiar la habitación. De todo residuo de
polvo y ordenarla bien. Recuerda que los ángeles comparten la armonía
del universo, donde todo está en su lugar y es agradable a la vista. Si
tienes un vaporizador que te permita utilizar aceites esenciales, úsalo
durante toda la sesión. Recuerda que a los ángeles les agradan los
aromas delicados y los inciensos. Eso lo demostraron con las ofrendas
que hicieron los Reyes Magos a Jesús. Y muchos consideran que los reyes,
en realidad, eran ángeles. Te pueden servir las infusiones de hojas de
limón o de naranja, ya que el vapor aromatizará el ambiente. Debes
prender velas aromáticas porque el aroma y la luz atraen su atención y
lo relacionan con llamados de auxilio o ayuda. El lugar se debe hallar,
preferentemente, en penumbra. Recuerda que los ángeles son seres
celestiales y de luz, por lo tanto, en un ambiente de penumbra tú podrás
notar con mayor facilidad su presencia.
SEGUNDO PASO: DEBES TENER CLARO EL OBJETIVO
Antes de empezar a concretar el contacto con tu
ángel guardián, debes visualizar lo que deseas de él, lo que vas a
solicitarle. Recuerda que ellos son ángeles y que tienen una misión que
cumplir contigo en la Tierra, la misión divina de orientarte o
protegerte. No son magos, o sea: no debes solicitarles objetos
materiales o llamarlos para que solucionen problemas de índole física.
Lo que sí puedes hacer es pedirles ayuda, discernimiento para actuar
bien. Sabiduría para poder resolver cualquier situación en forma
inteligente y justa. Cuando les solicites ayuda trata de ser claro y
específico. Con ellos debes ser preciso porque, si no lo eres, puede
darse el caso de que no te entiendan y te ayuden en otra situación o
consideres que no te oyeron. Recuerda que los ángeles custodios no son
omnipotentes: no pueden leer la mente, los sentimientos ni el futuro.
Debes, además, permanecer lo más concentrado posible para percibir lo
que te manifiestan en cuanto a sugerencias o iluminación.
TERCER PASO: CONÉCTATE
Para entrar en contacto con tu ángel guardián, lo primero que debes
hacer es recostarte sobre tu cama y permanecer lo más cómodo posible.
Puedes acostarte sobre un sofá si lo prefieres. No debes permanecer
completamente horizontal porque corres el riesgo de quedarte dormido y
tú lo que quieres es estar alerta, lo más consciente posible para poder
percibir la presencia del ser divino. Luego, cuando ya te sientas
cómodo, comienza con respiraciones profundas inhalando aire por la nariz
y exhalando por la boca. Trata de retener el aire el mayor tiempo
posible y lo exhalas, lentamente, por la boca. Con cada respiración
trata de relajar tu cuerpo. Empieza enviando órdenes mentales para que
te aflojes lo más rápido posible. Empieza con la punta de los dedos de
tus pies hasta llegar a la cabeza. Vas a percibir que va subiendo en
intensidad toda esa sensación de paz, y tranquilidad, poco a poco.
Te debes dedicar un momento a escuchar los latidos de tu corazón, tratando de percibir la circulación de tu sangre. Se trata de un ejercicio de “sensopercepción”. Pero todo ese tiempo no dejes de enviarte órdenes mentales de: ¡relájate, ¡relájate! Y con cada orden sentirás que tu cuerpo se relaja completamente, más y más. Luego visualiza sobre una pantalla mental el número 100 y sigue imaginando los números en forma descendente, o sea: 99-98-97… etc.
Cuando llegues a cero estarás completamente relajado. Todo ese tiempo debes permanecer con los ojos cerrados y siempre en un estado de relajación cada vez más profundo, favorecido por la respiración. Sólo a medida que practiques comenzarás a sentir vibraciones de energía. Percibirás en tu cuerpo una sensación especial, que es la energía que comienza a manifestarse en tu cuerpo. Este campo magnético atraerá a tu ángel guardián.
Pues estos seres angélicos, generalmente, se mueven en ese espacio que es el límite entre lo finito y lo infinito. Sólo con la práctica podrás realmente percibir la presencia de tu ángel custodio, quien permanecerá a tu lado como un ser lleno de luz. Los ángeles son seres delicados, sensibles, por eso la importancia de este ritual. Ése es uno de los caminos que tenemos para conectarnos con el nivel de vibración que tienen ellos. Al principio sentirás mucho miedo, tu corazón posiblemente se agitará, pero no temas. No es miedo a tu ángel, es miedo a lo desconocido, a la experiencia sobrenatural que estarás por experimentar. Con tu cuerpo relajado y tu mente alerta visualiza su presencia.
Te sorprenderá percibir vibraciones circulando alrededor de tu cuerpo. Su campo magnético especial intensificará o disminuirá en fuerza, por momentos. En cuanto sientas la presencia del ser divino debes saludarlo mentalmente y agradecer de inmediato todos los beneficios recibidos, toda la ayuda que te brinda en la vida y la sabiduría que pone a tu disposición. Este ritual te ayudará en tu evolución espiritual, en la iluminación de tu aura y en el engrandecimiento de tu conciencia universal. Te ayudará a encontrar el sano balance que debe existir entre tu parte material y tu parte espiritual. No esperes lograrlo todo en la primera sesión, porque primero deberás aprender a visualizar
Más tarde podrás conseguirlo fácilmente, gracias a una práctica sostenida. Ya sea que su nombre signifique mensajero, espíritu del bien o vehículo de información, los ángeles son realmente seres que traen paz, entendimiento, e inspiración a nuestras vidas.
Su misión: ser el complemento, la parte celestial de ese “todo” que somos, con el fin de lograr el balance necesario que debe existir entre la materia y el espíritu. Los ángeles, por lo tanto, quieren que los lleguemos a conocer y que confiemos en ellos. Por eso están abiertos a la posibilidad de contactarse con nosotros pues así, a su vez, ellos cumplen la función encomendada: la responsabilidad de velar por nuestra seguridad, por nuestro crecimiento espiritual y nuestra integración.
Te debes dedicar un momento a escuchar los latidos de tu corazón, tratando de percibir la circulación de tu sangre. Se trata de un ejercicio de “sensopercepción”. Pero todo ese tiempo no dejes de enviarte órdenes mentales de: ¡relájate, ¡relájate! Y con cada orden sentirás que tu cuerpo se relaja completamente, más y más. Luego visualiza sobre una pantalla mental el número 100 y sigue imaginando los números en forma descendente, o sea: 99-98-97… etc.
Cuando llegues a cero estarás completamente relajado. Todo ese tiempo debes permanecer con los ojos cerrados y siempre en un estado de relajación cada vez más profundo, favorecido por la respiración. Sólo a medida que practiques comenzarás a sentir vibraciones de energía. Percibirás en tu cuerpo una sensación especial, que es la energía que comienza a manifestarse en tu cuerpo. Este campo magnético atraerá a tu ángel guardián.
Pues estos seres angélicos, generalmente, se mueven en ese espacio que es el límite entre lo finito y lo infinito. Sólo con la práctica podrás realmente percibir la presencia de tu ángel custodio, quien permanecerá a tu lado como un ser lleno de luz. Los ángeles son seres delicados, sensibles, por eso la importancia de este ritual. Ése es uno de los caminos que tenemos para conectarnos con el nivel de vibración que tienen ellos. Al principio sentirás mucho miedo, tu corazón posiblemente se agitará, pero no temas. No es miedo a tu ángel, es miedo a lo desconocido, a la experiencia sobrenatural que estarás por experimentar. Con tu cuerpo relajado y tu mente alerta visualiza su presencia.
Te sorprenderá percibir vibraciones circulando alrededor de tu cuerpo. Su campo magnético especial intensificará o disminuirá en fuerza, por momentos. En cuanto sientas la presencia del ser divino debes saludarlo mentalmente y agradecer de inmediato todos los beneficios recibidos, toda la ayuda que te brinda en la vida y la sabiduría que pone a tu disposición. Este ritual te ayudará en tu evolución espiritual, en la iluminación de tu aura y en el engrandecimiento de tu conciencia universal. Te ayudará a encontrar el sano balance que debe existir entre tu parte material y tu parte espiritual. No esperes lograrlo todo en la primera sesión, porque primero deberás aprender a visualizar
Más tarde podrás conseguirlo fácilmente, gracias a una práctica sostenida. Ya sea que su nombre signifique mensajero, espíritu del bien o vehículo de información, los ángeles son realmente seres que traen paz, entendimiento, e inspiración a nuestras vidas.
Su misión: ser el complemento, la parte celestial de ese “todo” que somos, con el fin de lograr el balance necesario que debe existir entre la materia y el espíritu. Los ángeles, por lo tanto, quieren que los lleguemos a conocer y que confiemos en ellos. Por eso están abiertos a la posibilidad de contactarse con nosotros pues así, a su vez, ellos cumplen la función encomendada: la responsabilidad de velar por nuestra seguridad, por nuestro crecimiento espiritual y nuestra integración.
Los ángeles quieren enseñarnos que no sólo estamos compuestos por esa
parte material, corporal, sobre la que focalizamos nuestra mayor
atención, sino también contamos con su complemento: la faceta
espiritual, aquélla que nos conecta con la divinidad. Los ángeles,
porque no tienen limitaciones de ninguna naturaleza -ya sea ésta física o
espiritual- tienen la capacidad de presentarse ante nosotros en la
forma más insólita, como son los sueños, las coincidencias o hasta los
libros que elegimos. Así cumplen con el encargo de ser los mensajeros de
Dios ante nosotros. Por eso los podrás encontrar o contactar como
consejero o ayuda, cuando enfrentes un problema trascendental, con sólo
invocarlos. Dios utiliza a los ángeles para transmitirnos sus designios y
ellos sirven como puentes de comunicación entre Él y nosotros. Por eso
no hay dudas de que lograrás contactarlos con sólo proponértelo y
desarrollando tu capacidad perceptiva para poder identificarlos o
coincidir en la onda en la que ellos transitan. No debes dudar de esta
posibilidad pues debes saber que no estamos solos en el mundo, ni
física, ni mental, y menos espiritualmente. Este cosmos está lleno de
seres más desarrollados que nosotros, sucede simplemente que si no los
percibimos es porque no estamos habituados o no fuimos educados para
captar la presencia de aquellos que habitan en otros niveles
vibratorios. Pero lo más interesante de todo esto es reconocer que nada
ni nadie vive aislado o en forma independiente en el Cosmos, pues todos
estamos conectados y eso sucede sin ninguna excepción.
VINCULARSE CON LOS ÁNGELES ES EVOLUCIONAR ESPIRITUALMENT
Si anhelas contactar a tu ángel o a tu equipo de ángeles sólo hace
falta un requisito indispensable: que creas en él o en ellos, y en la
posibilidad de contactarlos, porque sólo tu mente será tu arsenal
abastecedor de manera ilimitada. Sabemos que las personas muy
intelectuales o materialistas -que todo lo cuestionan y que no valoran
la espiritualidad- tendrán problemas en lograrlo. Porque siempre se
estarán replanteando la eficacia del método o de la veracidad del acto
que están por realizar. Pero si tú tienes fe y confías en que no es
posible que la materia humana se pueda mover o existir sin su componente
espiritual, lo conseguirás. Así llegará el momento en que podrás
reconocer sus manifestaciones e incluso percibir su presencia, pues son
seres divinos llenos de luz. Seres celestiales, que están a nuestra
disposición para aconsejarnos, socorrernos o simplemente para disfrutar
de nuestra compañía. Están más cerca de lo que nosotros podemos imaginar
ya que si observas tu vida detenidamente notarás que tuviste momentos
en que frente a un problema o un conflicto, recibiste apoyo o
simplemente una sonrisa amable de alguien que te devolvió la paz
interior. Así se manifiestan los ángeles, en las cosas simples de la
vida. Por eso resulta fundamental que sepas reconocerlos. Saber
invocarlos es tan importante como conocer que existen. Debemos estar
seguros de que ellos nos invadirán con su amor, su compasión y que esos
maravillosos dones, a su vez, los podremos transmitir a otros. Todos
sabemos que los ángeles están abiertos a la posibilidad de llegar a
contactarlos. Ellos también nos están buscando porque, como afirmamos
anteriormente, los ángeles están cumpliendo con su misión de
manifestarse o de tener contacto con la parte física de nosotros. Por
eso propician los contactos casuales.